Un vaso para todos lleno
Todo el mundo habla de la crisis. La crisis es la causa
de todos nuestros males, la crisis nos está llevando al fin del mundo, hay que
encontrar las causas de la crisis, los culpables de la crisis son estos y
aquellos, la crisis por aquí y la crisis por allá, la crisis esto y la crisis
lo otro, la crisis, la crisis, la crisis…
Pero no todo el mundo está en crisis. No todos encuentran
crisis en todo lo que les rodea, hay quienes ven las cosas de otra manera. No
todos se limitan a mirar la parte vacía del vaso, hay que ver la parte llena.
Aunque en esta ocasión el símil del vaso mitad lleno y mitad vacío…
Según las más recientes estadísticas, solamente en lo
primeros nueve meses de 2013, los 25 multimillonarios más ricos aumentaron su
riqueza en 85 mil millones de dólares, mientras que la misma fuente informa que
«las empresas transnacionales (ETNs), especialmente los bancos y la industria
de gas natural y petróleo, continuaron beneficiándose extraordinariamente de la
crisis económica y financiera»[1].
¿Solamente 25 personas, esos 25 multimillonarios más
ricos del mundo vieron crecer sus fortunas en 3 millones 400 mil dólares cada
uno, en promedio, en apenas nueve meses? Eso no parece una crisis, sino un
auge. Veamos otras cifras.
La mitad más rica del mundo, digamos la mitad llena del
vaso, son escasas 85 personas que, juntas, poseen la misma riqueza que 3.750
millones de personas más pobres del mundo (3 570 000 000), la mitad vacía. ¿Mitad
y mitad? Bueno, tenemos que ver la parte buena de las cosas: no estamos
hablando de la cantidad de personas sino de la cantidad de riqueza…
Todavía sería probablemente inexacto limitarnos a ver la
realidad tan luminosa como la veían, en el 2012, cada uno de los 10 hombres más
ricos del mundo. En ese año, entre todos ellos sumaban 395.400 millones de
dólares, unos 10.000 millones menos que en el año 2011 pero muy por encima de
los 342.000 millones que sumaban las diez personas más ricas del planeta en el
2010. Es decir, quienes vieron aumentar sus patrimonios en conjunto solamente en
53 mil millones de dólares en estos dos años, lo que no puede mirarse
propiamente como un estado de crisis.
Para no caer en distorsiones limitándonos a esos 10
afortunados varones, hablemos de cien (100), de las cien personas que en el
mismo año 2012 vieron crecer su riqueza
en 241.000 millones de dólares más. Su riqueza sumó 1,9 billones (no millones
sino billones: 12900.0001000.000, un billón novecientos
mil millones de dólares; esto si nos expresamos en billones españoles; si son
billones gringos, quítenles tres ceros a todas estas cifras, que aún así no
dejarán de ser estruendosas), sólo un poco menos que el Producto Interno Bruto
(PIB), o sea, que toda la riqueza que acumuló todo el Reino Unido en ese mismo
período[2]. Un
analista autorizado[3]
redondea estas cifras y las comenta así:
«Un informe reciente indica que en el año 2012, 100 personas ganaron 240
mil millones de dólares. (Otra fuente indica que su riqueza se estima ahora en
1,9 billones de dólares, sólo un poco menos que el PIB del Reino Unido). Lo
suficiente para acabar con la pobreza mundial 4 veces. Esta misma élite es la
que, como escribí la semana pasada, controla los bancos, la producción de
armas, los medios de comunicación y los gobiernos de todo el mundo. No
comparten la misma ideología en términos de las políticas públicas que impulsan
pero sus políticas privadas son las mismas: la posesión personal de dinero es
el valor más importante».
Podemos deducir que para estas 100 personas no existe crisis alguna.
Pero no seamos sectarios. Ampliemos el espectro y veremos que los muy
ricos no forman un grupúsculo tan reducido: las 200 personas más ricas tienen
cerca de 2,7 billones (españoles, millones de millones: 22700.0001000.000)
de dólares, mucho más que los 3.500 millones de gente más pobre, que reúnen
solamente 2,2 billones (españoles) combinados.(…).
Y las 300 personas más ricas en la tierra tienen más riqueza que los
3.000 millones más pobres, casi la mitad de la población de mundo. Ya vamos en
300 personas en el mundo que no hablan para nada de crisis.
Menos desproporcionada aún resulta la visión de los que, siempre
en ese mismo año, entraban en la lista de los mil doscientas veintiséis (1.226)
hombres más ricos del mundo porque cumplieron con el requisito de tener un patrimonio mínimo de 1.000 millones de
dólares, pues muestra que esa lista se aumentó en 16 personas poseedoras
de una fortuna total de 4,3 billones (42300.0001000.000)
de dólares, lo que, si se dividiera por partes iguales representaría un
incremento de 35.0731410.000 (treinta y cinco mil setenta y tres
millones cuatrocientos diez mil) dólares para cada una de esas 1.226 personas… ¡nada
parecido a una crisis!
Todo lo contrario. Lo que tanta gente llama crisis –eso
del estallido de lo que denominan burbuja inmobiliaria y los millones de
personas que, por esta causa, perdieron sus puestos de trabajo en todo el
mundo– ha sido para todas esas personas que estamos reseñando un verdadera
bendición. Como lo revela un informe reciente de Oxfam, según el cual “el 1%
más rico incrementó sus ingresos en 60% en los últimos 20 años, con la crisis
financiera acelerando el proceso en vez de frenarlo, mientras los ingresos del
0,01% superior obtuvieron incluso mayor crecimiento”.
Por su parte «La directora general del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Christine Lagarde, admitió que se está agravando la
desigualdad social en el mundo, y ofreció un dato escalofriante: el 0,5 por
ciento de la población mundial controla el 35 por ciento de la riqueza.»[4]
Y El Blog Salmón, en una nota
titulada significativamente La crisis no
puede con los ricos[5],
ofrece datos todavía más reconfortantes:
«…la crisis económica actual, que además se ha manifestado en todo su
esplendor durante el pasado año, no ha afectado excesivamente a los hombres más
ricos del planeta, pues en su gran mayoría estos han visto como su
patrimonio se incrementaba en 2013, según los datos manejados por la
revista Bloomberg. Los analistas de este medio señalan que las trescientas
personas más ricas del planeta consiguieron aumentar su fortuna en unos 524.000
millones de dólares en 2013. De ellos, Bill Gates y Sheldon Adelson se
colocan como los millonarios que más aumentaron su patrimonio durante el pasado
año.
El fundador de Microsoft comienza el año como el hombre más rico del
planeta, con una fortuna aproximada de 78.500 millones de dólares y tras
conseguir aumentar su patrimonio en 15.800 millones de dólares en 2013. Le
sigue en la lista el anterior número uno de la misma, el magnate mexicano Carlos
Slim, que redujo su fortuna en unos 1.000 millones el pasado año. El podio
de la envidia lo completa el español Amancio Ortega, con una fortuna de
8.900 millones de dólares el pasado ejercicio.
Curiosamente, si excluimos a Adelson, los ricos que más
aumentaron su fortuna en 2013 fueron aquellos cuyas inversiones estuvieron
relacionadas con el sector tecnológico. No en vano, además de Gates,
aparecen en la lista nombres como Sergey Brin y Larry Page (cofundadores de
Google), Jeff Bezos (Amazon) o Mark Zuckerberg (Facebook).»
Por último, este testimonio de una fuente intachable (con
nuestras anotaciones relativas al vaso entre paréntesis), que vuelve a hacer referencia
a esa mitad que no ve su vaso propiamente lleno. En cuanto a la otra mitad…
veamos:
«La actual desigualdad en la distribución de la riqueza no tiene
precedentes en la historia de la humanidad… El grupo financiero Credit Suisse,
ha comenzado una publicación anual en la que analiza la distribución de la riqueza
(bienes reales como viviendas, mas bienes financieros) de la población adulta
de todo el planeta. De acuerdo a sus cálculos, la mitad más pobre (la mitad del
vaso) de la población adulta global es dueña de sólo 1% de la riqueza global (o
sea, en un gráfico donde el vaso tuviera un metro de alto, solamente un
centímetro estaría lleno). Un total de 3.051 millones de adultos, que
representan 67,6% (mucho más que la mitad del vaso de la población) de la
población adulta global, es dueña de sólo 3,3% de la riqueza global (lejísimos de la mitad de
la riqueza llena). En contraste con esto, el 10% (no la mitad sino la décima
parte del vaso que representa las personas) más rico es dueño de 84% de la
riqueza global (el vaso casi lleno), el 1% (¡la centésima parte del vaso!) más
rico posee 44% de la riqueza global (casi la mitad del vaso), y el 0,5% (¡la
mitad de la centésima parte!) más rico es dueño de 38,5% de la riqueza global (un
vaso bastante bien provisto).»[6]
En resumen, como lo expresa el comunicador chileno Eduardo Andrade Bone,
«lo único claro hasta ahora es que el capitalismo de casino sigue gobernando
los mercados bursátiles, con los especuladores e inversores haciendo su agosto»
(el resto de la cita no es muy publicable porque expresa en términos un poco
indecentes lo que correspondería a la mitad vacía del vaso («haciendo mierda
las economías de España y otros países europeos»), es decir, la visión
pesimista del asunto.
Estilo de vida
Mejor ver la mitad llena, en detalles cotidianos muy expresivos, como el
que incluye el mismo autor, apoyándose en relatos de los medios de prensa
alemanes referentes a Grecia: «Mientras la ciudad (Atenas, al parecer) vive
duras jornadas de protesta y el país afronta una profunda crisis económica y
social, el estilo de vida del alcalde parece no cambiar para nada, pues este
cenaba tranquilamente en un restaurante de lujo en el exclusivo barrio de
"Colonia" comprobando que su estilo de vida dista mucho de haber
entrado en la era de la crisis que vive su país».[7]
Otra pincelada pintoresca de este paisaje donde no se puede hablar de
crisis: «En la India, el país con la mayor cantidad de personas que pasan
hambre en el mundo, el hombre más rico del país se ha construido una residencia
familiar de 27 pisos que entre otras cosas, tiene tres helipuertos. Se estima
su costo en unos mil millones de dólares.»[8]
Otro detalle estimulante: «…en el esplendor de la burbuja inmobiliaria
japonesa los jardines del Palacio Imperial de Tokyo se cotizaban a un valor
superior a todo el Estado de California.»[9]
Formas de vida que hoy pueden contemplarse, según la misma fuente, hasta
en la pro socialista China: «Ahora, como en China han proliferado los
multimillonarios y las modas exóticas, un promotor inmobiliario ha comprado un
cachorro en 2 millones de dólares. El perro en cuestión es un mastín tibetano,
como indica Market Watch, uno de los perros más caros del mundo. Esto da cuenta
de cómo la locura se ha asentado en China».
¿Locura? Quizás a este promotor
inmobiliario no le parecerá así, sino, por el contrario, una muestra actual de
la proverbial de la sabiduría oriental, y, en todo caso, de que la crisis no es
tan severa como dicen.
El mundo lleno de paraísos… ¡fiscales!
Pero tratemos de mantener la visión positiva. Es evidente que no son
pocas las personas en el mundo que no se limitan a quejarse de lo que anda mal,
sino que ponen manos a la obra y encuentran las formas de hacer esas fortunas
multibillonarias. Para asomarnos a ese mundo de oportunidades, primero debemos
dejar a un lado los prejuicios de carácter, digamos, moralista. Esto es
necesario porque nos enredaríamos mucho intentando encontrar el límite entre lo
que es legal o ilegal, correcto o incorrecto, moral o inmoral, ético o
antiético
Veamos las cosas prácticamente. No es sólo la especulación financiera ni
los manejos habilidosos, usuales en las bolsas de los valores de todo el mundo,
los que garantizan alcanzar esas cúspides maravillosas, esas pirámides
faraónicas edificadas con montañas de billetes y de toda otra forma de papeles
que se consideren expresión de riqueza.
Una de las prácticas más extendidas es la de colocar nuestro dinero fuera
del alcance de los recaudadores de impuestos. En palabras sencillas, la evasión
fiscal. Se trata de sacar lo que podamos del país donde “trabajamos” o donde especulamos,
y colocarlos en otros países donde no nos cobran ningún impuesto por tenerlo allí.
En los paraísos fiscales.
Es deslumbrante mirar hacia ese mundo. Veamos algunos datos. Hay que
disculpar la rudeza de algunos términos que se usan en estos casos (robar,
ilegítimos, dictadores, ladrones, etc.) y ver solamente lo positivo, lo
regocijante (todos los subrayados son originales):
«Un estudio dado a conocer por la organización británica
Tax Justice Network, sugiere que la cifra que los multimillonarios ocultan
en los paraísos fiscales año a año supera los 21 billones de dólares, es
decir una suma equivalente a un tercio del PIB mundial o al PIB combinado de
Estados Unidos y China. Si esta enorme suma de dinero pagara algún tipo de
impuesto no solo se reduciría el hambre en el mundo sino que se podría
resolver, en solo un año, la crisis del euro… Los activos existentes en los
paraísos fiscales son propiedad de sólo 92.000 personas, es decir el 0,001% de
la población mundial, una clase muy pequeña de mega-ricos…»[10]
Otra fuente bien confiable, la organización humanitaria Oxfam, estima
que «…hay unos 32 billones de dólares (322000.0001000.000)
en paraísos fiscales de todo el mundo. Si estuvieran gravados, se podrían
recaudar casi 190.000 millones de dólares al año.»[11].
Como vemos, las cifras oscilan entre 21 y 32 billones de dólares, lo que
confirma la analista Sally Burch[12],
quien nos indica además que esos fondos de riqueza privada se encuentran
invertidos «en más de 80 jurisdicciones offshore (extraterritoriales) –donde
las cuentas se manejan bajo reserva y prácticamente libre de impuestos».
Un autorizado analista de la radical fuente Al Jazeera se expresa así:
«La evasión fiscal por sí sola representa más de 900 mil millones de
dólares al año y es dinero que las corporaciones roban a los países pobres y
esconden en paraísos fiscales (o más exactamente, países gobernados por
ladrones), de los cuales la ciudad de Londres es el centro mundial.»[13]
En cuanto a cuáles y cuántas son esas “jurisdicciones”, son muchas las
que se mencionan. El ex presidente de Ecuador, Rodrigo Borja, publicó la
siguiente lista:
«La OCDE elaboró en 2003 una lista incompleta de los "paraísos
fiscales": Anguila, Antigua y Barbuda, Antillas Neerlandesas, Aruba,
Bahamas, Bahrein, Bermudas, Belice, Chipre, Dominica, Gibraltar, Granada,
Guernesey, Isla de Jersey, Isla de Man, Islas Caimán, Islas Cook, Islas Turcas
y Caicos, Isla de Margarita, Liechtenstein, Malta, Mauricio, Montserrat, Nauru,
Niue, Panamá, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Marino, San Vicente y las
Granadinas, Santa Lucía, Seychelles y Vanuatu.»[14]
Seguramente son muchos más los lugares del mundo que
pueden considerarse favorables a las operaciones offshore, que es la
denominación eufemística para nombrar lo que en términos de decencia
informativa podría ser innombrable. La misma fuente, en otra publicación,
proporciona estos datos:
«Los más comunes son pequeñas islas del Caribe — colonias
o ex colonias de países europeos y de Estados Unidos — donde la ley fiscal es
prácticamente inexistente y donde se garantiza un estricto secreto bancario…
Muchas de estas islas viven del turismo y de las divisas que cruzan sus
territorios. Sin embargo, no reciben un solo dólar en impuestos: no hay
impuesto a la renta, ni siquiera presentación contable. Un ejemplo es Anguila,
colonia británica del Caribe, que ocupa 102 kilómetros cuadrados y es 11.000
veces más pequeña que Colombia; tiene 13.500 habitantes y 8.000 sociedades
registradas, en su mayoría del sector financiero.»
También se consideran como
paraísos fiscales determinados territorios (en Canadá, Estados Unidos, Reino
Unido, Japón y Panamá, entre otros,) donde se aplican leyes que permiten
el secreto financiero y grandes beneficios tributarios.
Chipre no es técnicamente
paraíso fiscal, como no lo es Colombia, simplemente porque la calificación obedece
a criterios arbitrarios, bastante elásticos:
«… Colombia se está convirtiendo en una especie de
paraíso fiscal, con una legislación extraordinariamente favorable al capital extranjero.
Lo prueban las cifras del Banco de la República: entre 2010 y 2012, ingresaron
27.271 millones de dólares en inversión extranjera directa, pero salieron
31.540 millones por dividendos y remisión de utilidades… Los paraísos fiscales
y territorios offshore – junto con otras prácticas internacionales como las
empresas-buzón – permiten que las grandes compañías y las grandes fortunas
evadan sus obligaciones tributarias, tanto en sus países de origen como en los
países donde se implantan (…) En Colombia es evidente que no existe voluntad
del gobierno para establecer controles sobre las multinacionales.»[15].
En otras palabras, no son estrictamente paraísos pero sí
pueden considerarse paradisíacos… para los evasores de impuestos, que así
quedan por fuera de toda crisis. Otro aspecto interesante, que el siguiente
testimonio califica de preocupante (¿preocupante para quién?), es la rapidez
con que aumenta este fenómeno mágico de la multiplicación de los millones y los
billones, y ya no sólo en Estados Unidos, en países latinoamericanos en
desarrollo también:
«Lo preocupante es la velocidad con que está creciendo este negocio. En
2002, el primer año que analizaron los investigadores de GFI, los flujos
financieros ilícitos rondaron los 270.300 millones de dólares. Para 2011, el
último año con estimaciones disponibles, habían aumentado a 946.700 millones de
dólares. Y han continuado creciendo. Con un ajuste por la inflación, se percibe
un crecimiento promedio de más de 10 por ciento al año. El monto de 2011 constituyó
un aumento de 13,7 por ciento respecto del de 2010.
“La fuga de capitales ha ido en aumento”, dijo Dev Kar, economista jefe
de GFI y coautor del nuevo informe, en diálogo con IPS (…) Para Estados Unidos
esos paraísos se han vuelto alarmantes. El Congreso ha promovido debates sobre los métodos que usan las
compañías para evitar el pago de impuestos, además de aprobar normas como la
“Ley para Detener los Abusos de los Paraísos Fiscales” (S. 1346), que busca
“restringir el uso de territorios costa afuera, paraísos fiscales y refugios
fiscales para evitar indebidamente los impuestos federales”.
Un estudio del Congreso publicado este año indica que el 43 por ciento
de las ganancias de las multinacionales estadounidenses se encuentran en el
extranjero, en un grupo de países integrado por Bermudas, Irlanda, Luxemburgo,
Países Bajos y Suiza. Dados los grandes beneficios tributarios que reciben
dentro de su territorio, el 66 por ciento de las empresas estadounidenses de
todas maneras no pagan impuestos, según la Oficina de Rendición de Cuentas del
Gobierno (GAO, por su sigla en inglés).
Entre 2008 y 2011, las 26 empresas más grandes de este país no pagaron
impuestos netos a la renta federal (Net Federal Income Taxes), a pesar de sus
multimillonarias ganancias. Un estudio de Citizens for Tax Justice (Ciudadanos
por la Justicia Tributaria) demuestra que los beneficios fiscales para estas
empresas le costaron cerca de 77.188 millones de dólares al fisco. Durante este
periodo General Electric obtuvo ganancias por 19.616 millones de dólares y su
tasa de impuestos efectiva fue de –18,9 por ciento. Boeing, que obtiene grandes
contratos militares con el gobierno, ganó 14.847 millones de dólares y su tasa
de impuestos efectiva fue de –5,5 por ciento (…)
A América Latina también la afecta la existencia de paraísos fiscales:
Se calcula que inversionistas brasileros tienen 519.500 millones de dólares
bajo estas jurisdicciones;
Los magnates mexicanos 417.500 millones de dólares;
Los venezolanos 405.800 millones de dólares;
Los argentinos 399.100 millones;
Los chilenos 105.000 millones de dólares.
Según la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN, de Colombia)
estarían escondidos en paraísos fiscales unos 50.000 millones de dólares de
propiedad de colombianos, equivalente al 62 por ciento de la deuda externa de
este país.»[16]
Riqueza compartida… ¡con los “ejecutivos”!
Para ser justos, hay que reconocer que los escasos multibillonarios y
aún los multimillonarios distribuyen generosamente algo de sus billonarias y
millonarias ganancias: entre sus “ejecutivos”, que son esos especialistas en estas
prestidigitaciones mágicas sin detenerse ante nada, sin preguntarse nada,
fíjense bien, nada por aquí, nada por allá, miren bien, ahora vuelvan a mirar,
unos cientos de miles por aquí y unos cuantos millones por allá, miren mejor,
miles por aquí, billones por allá. Uno de esos “ejecutivos”, entrevistado por El Espectador (Colombia)[17], lo
manifestó simplemente así:
«Trabajé en este negocio durante cuatro años. Ya me retiré. Para ponerlo
en contexto le diría que el mercado de valores ha madurado bastante. Hace 10
años las operaciones en un día en la bolsa eran de $1.000 millones. Hoy, en un
día malo, pueden ser de $100.000 millones, y en días muy movidos hasta de
$300.000 millones. El mercado se ha dinamizado bastante, pero al negocio le
falta más vigilancia y que el Estado actúe más rápido para que no se arriesguen
capitales de una forma excesiva… En muchos casos su vigilancia y sanciones sí
funcionan, pero siempre se dan mucho después de que el daño ya está hecho…El
comisionista no tiene por qué responder. Si compró la acción y ésta bajó, pues
es el riego de este negocio.»
Una puntualización: vigilancia “para que no se arriesguen capitales en
una forma excesiva”, no para que los beneficios se amplíen a otros sectores que
contribuyen decisivamente a que se den tales beneficios. Pero, reconozcámoslo:
este comisionista también tiene sus tormentos morales:
«…Cuando estuve en la bolsa me enteré de muchas cosas feas. Como de
corredores que compraban o vendían acciones sin la autorización del cliente o
que utilizaban títulos de sus inversionistas para conseguir plata prestada. Ese
dinero lo movían por otro lado sin restricción alguna. Luego los clientes se
enteraban de lo que ocurría, pero ya su portafolio se había reducido a la mitad.
Eran prácticas vergonzosas… Hay muchos (clientes) que juran que la bolsa
funciona como un banco y suponen que su plata está ahí, segura, que no está en
riesgo. Ese es un error muy craso… Tengo que decir que no todos los corredores
están pensando en estafar a su cliente; la mayoría es gente honrada, dedicada,
juiciosa y responsable. Pero, como en todo, también hay corredores ambiciosos
que buscan la forma de ganar dinero de esta manera, jugando con la plata de sus
clientes… Hay gente que ha perdido 100, 200 o 1.000 millones y hasta más. Que
lo han perdido todo, o casi todo, y eso es una desgracia. En 2006 mucha gente
perdió todo lo invertido por corredores que hacían apalancamientos excesivos
que no estaban tan regulados. Una persona podía tener $100 millones en repos y
luego tener $400 millones y así. ¿Y si venía el desplome?».
Es uno entre muchos testimonios en los que estos auxiliares de los
inversionistas confiesan paladinamente que su trabajo, para lo que les pagan, es
simplemente buscar la oportunidad de ganar dinero sin ninguna otra
consideración ni límite alguno. Pues bien, son miles y pueden ganar sumas
fabulosas en cualquier momento, así como perderlas también, hay que decirlo.
Pero sus amos, las “empresas” del “mercado financiero”, les reconocen sus
esfuerzos premiándolos con bonos para mantenerlos en su actividad esencial:
especular. Se trata de que ellos tampoco caigan en la psicología de la crisis
que los ronda. Veamos estos datos, en pleno 2010, en plena, digamos… crisis:
«Un estudio del consultor de recursos humanos, Hewitt Associates,
concluye que, en promedio, los sueldos de los altos directivos europeos
serán multiplicados por dos por los sobre sueldos que recibirán, los bonus.
Analizaron las 100 empresas europeas más grandes y concluyeron que el promedio
europeo de los sueldos cobrados por los altos ejecutivos ha sido de €1,2
millones. Los ejecutivos se beneficiarán de subidas bastante reducidas de un
promedio del 1,3%, frente al promedio de subidas del 5,5% el año anterior,
aunque, algo más de un tercio no recibirán subidas de sueldos este año… Con la
situación actual no tan mal como se esperaba, las empresas están más que
cumpliendo sus objetivos y, por lo tanto, los directivos más que cumplirán
los objetivos establecidos al fijar su bonus del año.» [18]
Si otros pueden, ¿por qué
no usted?
No hay que hacerse mala sangre ni llenarse de envidia.
Más bien pensar y actuar positivamente, ser propositivos, dejar de mirar la
mitad vacía del vaso. Si hay tanta gente en el mundo haciendo dinero sin
trabajar, sencillamente se trata de hacer como ellos: ¡Tú, usted, yo podemos
hacernos especuladores y dejar de criticar y de pensar negativamente!
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viajar por el mundo para relatar su aventura en dos libros, Jim Rogers era uno de los inversores más exitosos
mundialmente. Fue cofundador del fondo Quantum y ganó tanto dinero que hubiera
podido dejar de trabajar. A pesar de su éxito, nunca había escrito un libro
sobre el aspecto práctico de la inversión; hasta hoy. Tanto para el pequeño
inversor como para el gran trader y gestor de fondos, El boom de las materias primas es tan bueno como el oro, o el plomo, o el
aluminio; materias primas de las que Rogers cree que...
http://www.casadellibro.com/libro-boom-de-las-materias
primas/9788493622602/1186249#modSipnosis
¡La lista es inacabable! Ahí tienes las páginas web para que la
conozcas. Si otros lo hacen, ¿por qué no tú? Esta es la filosofía que domina el
mundo en que vivimos, el mundo del capitalismo. Es cierto que este mundo está
dividido en dos, como los describe un economista lúcido[19]:
«El capitalismo está en crisis. El que no está en crisis, y más bien ha
obtenido jugosos réditos de ella, es el capitalismo financiero que aparece como
el radiante triunfador de la crisis en el actual momento histórico.»
Es hora de cambiar. Para ya de quejarte, para de lamentarte, manos a lo
obra: la solución es que todos aprendamos cómo se hacen millones y billones a
partir de unos pocos dólares. Que nos pongamos todos el traje radiante del
capitalismo financiero. Que nos volvamos todos especuladores. Y que cuando
hayamos convertido nuestros modestos ahorros en cantidades de siete y hasta de
trece cifras, protejamos nuestra fortuna, nuestra buena fortuna, encaletándola
debidamente en cualquiera de los numerosos países adecuados y así terminar
convirtiendo a nuestro atormentado mundo en, por fin, un verdadero edén, en el
que nadie tendrá que trabajar, nadie tendrá que preocuparse por nada. Un verdadero
paraíso, el paraíso fiscal universal, cuyos dichosos moradores seremos todos
nosotros y entonces, lo mismo que quienes ahora lo habitan, cuando alguien
venga a hablarnos de crisis también podremos contestar: ¿Crisis? ¿Cuál crisis?
Abril
5 de 2014
[1] Aurelio Jiménez,
http://www.elblogsalmon.com/economia/como-llevan-los-ricos-la-crisis
[2] Miguel López, Onésimo Álvarez-Moro,
http://www.elblogsalmon.com/protagonistas/los-hombres-mas-ricos-del-mundo-2012
[3] Tony Robinson, pressenza.com/es/2013/01/los-valores-de-una-nueva-economia-humanista/?
[4] El Espectador, http://www.librered.net/?p=26848
[5] Aurelio Jiménez, http://www.elblogsalmon.com//entorno/la-crisis-no-puede-con-los-ricos?utm_source=NEWSLETTER&utm_medium=DAILYNEWSLETTER&utm_content=POST&utm_campaign=03_Jan_2014+El+Blog+Salm%C3%B3n&utm_term=CLICK+ON+CONTENT
[6] Edgardo Lander, pressenza.com/es/2013/01/un-nuevo-periodo-historico/
[7] Eduardo Andrade Bone, http://argenpress.info/2010/05/el-capitalismo-y-sus.html
[8] Edgardo Lander, sitio web citado.
[9] Marco Antonio Moreno, http://www.elblogsalmon.com//economia/la-burbuja-financiera-china-ha-estallado-y-se-encuentra-en-pleno-desarrollo?utm_source=NEWSLETTER&utm_medium=DAILYNEWSLETTER&utm_content=POST&utm_campaign=21_Mar_2014+El+Blog+Salm%C3%B3n&utm_term=CLICK+ON+TITLE
[10] Marco Antonio Moreno,
http://sn141w.snt141.mail.live.com/default.aspx#!/mail/InboxLight.aspx?n=1546462427!n=304078570&fid=1&fav=1&mid=434ef63e-d605-11e1-98c6-00237de41680&fv=1
[11] Carey L.
Biron, http://polodemocratico.net/index.php?option=com_content&view=article&id=5903:fuga-de-capitales-sin-declarar-llega-a-cifras-astronomicas&catid=47:internacionales&Itemid=49
[13] Jason Hickel, http/www.aljazeera.com/indepth/opinion/2013/04/201349124135226392.html
[14] Rodrigo Borja,
http://polodemocratico.net/index.php?option=com_content&view=article&id=5580:paraisos-fiscales-&catid=42:columnistas
[15] Ibidem
[16] Mario Alejandro Valencia, http://polodemocratico.net/index.php?option=com_content&view=article&id=4321:paraisos-fiscales-como-no-pagar-impuestos-en-ninguna-parte&catid=42:columnistas
[17] http://www.elespectador.com/noticias/economia/articulo-386523-confesiones-de-un-comisionista-de-bolsa?page=2
[18] Onésimo Álvarez-Moro, http://www.elblogsalmon.com/mundo-laboral/los-bonos-duplican-los-sueldos-de-los-ejecutivos
[19] Fánder Falconí, Los distintos
trajes del capital, diario ecuatoriano El
Telégrafo, marzo 5 de 2014.
http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/los-distintos-trajes-del-capital.html
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