¿Saben? Putin triunfó

Fue una victoria muy significativa. Sólo que no fue la que promovían ardorosamente los medios de comunicación capitalistas y que por eso silenciaron mediante uno de sus recursos más eficaces, sepultándola bajo cerros de titulares relativos a la crisis presupuestaria del gobierno estadounidense.
Lo mismo que ocultaron mucha información previa sobre diversos aspectos y sucesos que precedieron a este triunfo, principalmente las múltiples expresiones de rechazo a la intención de atacar a Siria, provenientes de todos los rincones del mundo, desde el propio pueblo estadounidense movilizado en varios lugares, hasta las razones para las condenas oficiales de las altas esferas alemanas, inglesas, rusas y otras, o hechos como la interceptación por fuerzas rusas de dos misiles lanzados por EE.UU. contra Siria, entre otros[1].
Por eso pregunto: ¿lo saben los lectores de noticias?
Putin se plantó firmemente y forzó a Obama y a Kerry a recular en su decisión de lanzar una agresión directa contra Siria. Y es que esta notable victoria tiene varios significados de trascendencia.
1. Fue una victoria sobre este poderoso aparato de desinformación y de desorientación que constituyen los conglomerados de medios de comunicación capitalistas. A diferencia de lo que impusieron en las ocasiones anteriores más recientes –Guerra del Golfo, Kosovo, Irak, Afganistán, Egipto, Libia, Primavera Árabe–, esta vez la población mundial en contundente mayoría desoyó las mentiras y artimañas desvergonzadas urdidas a la vista de todo el mundo por el gobierno de Estados Unidos y difundidas por los conglomerados mediáticos en sus usuales coros de titulares unánimes. La principal, y eje de esta campaña, la infamia sin presentar una sola prueba concreta de que el gobierno de Siria habría sido el autor del ataque con gas sarín a la población civil, y no la torpe provocación self evident llevada a cabo justamente el día en que la comisión de la ONU llegaba para investigar esa denuncia. Una derrota más, que acelera su descrédito y su debilitamiento, mientras crece la influencia de los nuevos canales alternativos que lograron visibilizar la verdad[2].
2. Fue una victoria sobre la prepotencia imperial del gobierno de Estados Unidos, que acentúa su decadencia como sede del imperialismo. Esta faceta del triunfo antiimperialista merece aunque sea una breve glosa. El imperialismo moderno se ha percibido hasta ahora como expresión del predominio de un país, los Estados Unidos, sobre el resto del mundo, el imperialismo yanqui. La realidad es que el imperialismo no es un poder nacional, sino el de una clase social, la que ocupa hoy la cúspide de la pirámide social mundial, la clase improductiva, ociosa y especuladora dueña del capital financiero. Por eso esta victoria aporta al deterioro creciente de la hegemonía política estadounidense que no es lo mismo que el poder económico global del capital financiero, cuyos sus cuarteles generales se han dispersado por los cuatro puntos cardinales. Lo que se ha clarificado es que la división fundamental del mundo está delimitada cada vez menos por las murallas verticales de las fronteras geográficas nacionales, y cada vez más por la segmentación en franjas horizontales transnacionales, los estratos de las clases sociales a la manera de capas geológicas superpuestas. El imperialismo no es un fenómeno de nacionalidad, sino de clase. Y no se ha debilitado, se ha fortalecido aunque también se ha disgregado en la multipolaridad. Lo que ha perdido fuerza es la hegemonía unipolar de su tradicional y principal centro.
3. En esta perspectiva, esta victoria tiene también un envés oculto. Putin interpretó la mayoritaria voluntad de paz de la humanidad y esto es un logro inocultable. Pero la otra cara de este triunfo son otros intereses no tan diáfanos que movieron al presidente ruso  a plantarse como se plantó. Un destacado comentarista tildó a su gobierno como «régimen capitalista-mafioso»[3],  calificativo tal vez desorbitado. No se puede desconocer que Putin ha tenido actuaciones muy encomiables en el tablero político global, de manera particular en solidaridad con los gobiernos del nuevo eje progresista latinoamericano. Pero también es verdad que ya no es el contrapeso que representó siempre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no es el socialismo frente al capitalismo. Detrás de él como su principal respaldo están otros poderes nada transparentes. Un clisé de esos tiempos idos nos ayuda por ahora a caracterizar la situación: son las contradicciones internas del capitalismo.
4. Un significado más en este rápido balance de las pérdidas y ganancias de esta victoria. Estados Unidos ha perdido influencia en el terreno económico. Se ha dicho que China pasó a ser el país más determinante en este aspecto, aunque con la anotación de que la economía china inunda el mercado mundial con camisetas y zapatos deportivos baratos, mientras los Estados Unidos siguen a la vanguardia en productos de las más avanzadas tecnologías. De todas maneras, si EE.UU. ya no es el primer poder económico del mundo, si lo es como potencia militar, y con ventaja inconmensurable sobre los demás países del orbe, con un gasto militar en 2012 de 682.000 millones de dólares, cuatro veces mayor que el del segundo en esta lista negra, China, con 166.000 millones[4].
Pues bien, todo ese poder armado fue inmovilizado esta vez por la formidable decisión global de preservar la paz, y en esto pueden cobrar méritos innegables los movimientos por la paz y la no violencia, cuya importancia se agiganta ante la amenaza de estos coletazos de la bestia herida. Aquí la gran potencia ya no es la de un país o un gobierno, sino la de la humanidad entera que se manifestó contra la guerra, incluyendo al propio pueblo estadounidense que paró en seco las intenciones guerreristas de su presidente, el Premio Nobel de la Paz Barack Obama.

Alfonso Monsalve Ramírez
alfonso-monsalver@hotmail.com
Octubre 9 de 2013




[1] Ver Siria: la verdadera guerra secreta no contada, de Carlos Santa María, en http://www.argenpress.info/2013/10/siria-la-verdadera-guerra-secreta-no.html
[2] Esta nota está basada principalmente en fuentes de información como Argenpress (argenpress.info), Sin Permiso (sinpermiso.info), Con Nuestra América (connuestraamerica.blogspot.com), Pressenza IPA, y otras.
[3] Ver Guillermo Almeyra, John Rees, Imperio y revolución: Siria y el debate en el movimiento anti-guerra, Boletín cibernético Sin Permiso, septiembre 15 de 2013.
[4] Diario colombiano El Espectador (abril 15, 2013), Boletín cibernético Pressenza, http://www.pressenza.com/es/2013/04/gastos-militares-en-el-mundo-disminuyeron-en-2012/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+pressenza%2FEYhc+%28Noticias+de+Pressenza+IPA+en+espa%C3%B1ol%29

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