Volver atrás para avanzar

Publicado en El Telégrafo de Quito, 27 de octubre de 2017*

Cuando cayó la Unión Soviética, 1991, estampé sin vacilaciones las dos causas principales –en mi concepto– de ese derrumbe: la primera, confusión entre socialización y estatización. Estatismo no es socialismo. Los medios de producción fundamentales no pasaron a manos de los obreros sino al  “Estado proletario”, según trató de explicarlo inexplicablemente el sagaz genio de Lenin. En cambio engendra la segunda causa: la mega burocracia, caldo de cultivo de toda corrupción. 70 años después se vio cuánto había corroído aquella revolución, como corroe y devora todo lo que toca.
En 1959 una guerrilla de 800 muchachos guiados por Fidel Castro, derrocan al tirano Fulgencio Bautista quien había usurpado la presidencia de Cuba. El mundo revolucionario celebra la asombrosa victoria. Pero tampoco allí triunfó el socialismo, sino la dignidad patriótica de un pueblo pequeño dispuesto a ser libre enfrentando al gigante más poderoso y mejor armado del mundo, EE.UU. Para lograrlo sigue dos manuales, el Manifiesto Comunista y El Estado y la Revolución de Lenin, y por eso cae en los mismos errores: férreo estatismo, burocracia asfixiante.
Al cambiar el siglo brota en tierra sudamericana un nuevo proceso político impulsado por Hugo Chávez bajo el lema de Socialismo del Siglo 21. El escepticismo inicial fue desvanecido por acciones que parecían anunciar otro modelo, basado en las masas populares que en el imaginario continental coronaban a Caracas con una diadema de chozas habitadas por multitudes paupérrimas y sin esperanza.
Confiado en el respaldo que esas masas le brindaron en el “caracazo”, eligió la senda no insurreccional sino electoral, la democracia burguesa ya ensayada por Allende, y triunfó. Sus “Misiones” extendieron a gran parte del territorio venezolano, y aún del continente, el nuevo socialismo, sin definir sus rasgos. La muerte cortó el torrente de energía y dinamismo del precavido líder, quien se cuidó de señalar su reemplazo, Nicolás Maduro, para que luego fuese “elegido”.
El contraste entre dos personalidades que suele caracterizar a toda política hereditaria, produjo un rápido descenso del entusiasmo revolucionario. Las piruetas de Maduro para imitar la magia natural de Chávez aparecieron como chistes vueltos a contar muchas veces. Los débiles resultados electorales que lo “eligieron” – polarización al 50%–, dieron pie a los medios mercantilles para crear la caricatura de un mandatario inepto. Tres años después su verdadera personalidad, apoyada por sectores populares y por el equipo combinado de militares y algunos intelectuales, se ve refortalecida y ahí lo vemos, empujando a su patria cuesta arriba rumbo al objetivo fijado: su Revolución. Pero también ha llegado al punto de tener que reconocer la realidad subyacente: la corrosiva corrupción que comienza en  los cajones de los burócratas y acaba incendiando el edificio a medio construir de la revolución...
¿Revolución? Vamos al grano. No ha existido revolución, apenas el Movimiento Progresista Latinoamericano, corroído por el mismo cáncer. Se salvan tal vez Bolivia y Uruguay, pero Brasil, Argentina, Nicaragua y dolorosamente Ecuador, enfrentan la misma quimioterapia para salvar lo que queda: paradójicamente Venezuela, donde la prensa mercantil agita el trapo desgastado de “la crisis”, cuando lo que sucede es diferente: es el único país donde el proceso reformador insiste en ser de verdad revolucionario. De ahí las iras imperialistas y conservadoras.
El Progresismo Latinoamericano no pasó de un proceso de actualización del malformado capitalismo latinoamericano, siguiendo el modelo que parecía más coherente con ese aggiornamento, Ecuador, y que resultó el más desconcertante debido a un liderazgo enérgico pero que dio demasiados tumbos contradictorios y culminó en el peor escándalo de corrupción, mitad real mitad mediático, y exacerbado a niveles inesperados por el subsiguiente golpe de timón, necesario pero errático, que no deja entender hacia dónde va el país.
Y es esto exactamente lo que se necesita: fijar el rumbo. Regresar al comienzo, levantar la mira, corregir graves errores transmisores del reaccionarismo de derecha que se globaliza, y apuntar al verdadero objetivo revolucionario: el mismo que se fijó la Revolución rusa hace un siglo, pero aprendiendo de sus desvíos.

Alfonso Monsalve Ramírez
alfonsomonsalve.personal@gmail.com

* La extensión de esta nota excedía notablemente la autorizada, lo que explica que en esta publicación se hayan suprimido algunas frases que, en este blog, aparecen en itálica.


Cumbayá, octubre 17 de 2017

La estrategia de Lenín

¿Un lindo Ecuador? ¡Hagámoslo entre todos!

¿Tienes imagen de corrupto?
Haz una nueva imagen presidenciable: encárgate del sector eléctrico. No podrías haber soñado con una ganga como esta.
¿No tienes chance de ser presidenta por tus vaivenes políticos?
Escoge un frente difícil y demuéstrale al país de lo que eres capaz.
¿Ustedes se han posicionado como los que siempre atraviesan burros muertos en cualquier plan agrario?
Tengan este premio: Afiáncense como los verdaderos reformadores del campo y elijan como posible próximo presidente a un líder indígena.
En resumen:
Quienes creen que el mejor camino al poder es la oposición ciega y en toda la línea, cambien por una gran labor en beneficio real a la patria, renueven su imagen negativa y saboteadora y todos saldremos ganando, ustedes, hoy oposición, y nosotros, los de la RC.
Haremos un gran gobierno de mano del poder que en este momento no tienen, aceptando el diálogo y los acuerdos para realizaciones verdaderamente útiles y beneficiosas, y así culminaremos la transformación del Ecuador en un país del primer mundo, donde habremos superado el gran abismo político del momento en todo el mundo: la polarización paralizante y destructiva.
Cada organización partidaria, cada movimiento social podrá mantener sus objetivos propios siempre que no bloqueen el gran objetivo transformador de Alianza País. Pero lo hará contribuyendo con la realización de un gran proyecto propio que terminará creándole una nueva imagen positiva: presidenciable.
¿Un cuento de hadas?
Así parece, pero si se lo analiza desprevenidamente, una posibilidad real muy del talante de Lenín Moreno.
Esta puede ser la clave de la desconcertante estrategia que se ha fijado el nuevo gobierno de la Revolución Ciudadana y que, si no es así, tiene otro desenlace verosímil: la división y el colapso del gran movimiento correísta para ubicar al Ecuador como un país capitalista avanzado, con reformas sociales profundas, sin llegar a lo que más asusta a las mentes conservadoras: una verdadera revolución socialista.
Socialista no, pero de izquierda sí. De una nueva izquierda audaz, imaginativa y renovadora.

7 de julio de 2017


Tentadora provocación de dos grandes poetas

De la preciosa selección de sus poemas que Jorge Dávila nos viene regalando hace algún tiempo, ayer viernes 30 de junio nos llegó este, que dio en algún resorte de mi memoria o de mi sentimiento con particular puntería:

Hora de destruir
el silencio
y pisotearlo,
de coronar
al ruido,
de elevarlo.
Hora de hablar,
decir,
gritar,
aullar,
ladrar,
poner en marcha todos
los motores,
incendiar de discursos
el ambiente
Hora del ruido,
su gloria,
su apoteosis.
Y sin embargo,
en algún sitio,
párpados adentro,
crece callada
una espiga de silencio.

Como todos los que ha publicado, es poesía grande, sin más adjetivos ni comentarios.
Me trajo el mismo aire de derrota muda y triunfal a la vez de otro poema que por estos días me ha estado tarareando dentro del pecho.
Es de León de Greiff, el poeta colombiano, más precisamente antioqueño, que encabeza mi Parnaso personal, al lado de García Lorca, Miguel Hernández, César Vallejo, Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriela Mistral, la de Tala, Pablo Neruda, Aurelio Arturo, Walt Whitmann, Federico Hönderlin, Elizabeth Barrett Browning, Robert Browning y Robert Frost, Emily Dickinson y unos pocos más, entre los que, por ejemplo, está Juan Manuel Serrat y en cambio no figura Jorge Luis Borges…
Los motivos para que sean ellos y no otros son a veces poéticos, a veces cualquier otra causa de poca significación. Baudelaire porque no lo he leído lo suficiente, de Yeats ni siquiera un verso, en fin, no es una antología, sino mis compinches en momentos indelebles de mi vida. ¡Ah!, Pessoa, a quien tuve que hacer a un lado por simple indefensión…
En cambio figuran varios de lengua inglesa porque de joven asistí a un curso avanzado de ese idioma cuyo tema era Poetry
Pero indudablemente mi poeta fue siempre León de Greiff, desde que tropecé en la revista Lecturas Dominicales del diario colombiano El Tiempo con estos dos versos:

De esa gloriola, pasto para el necio,
no he de beber magüer perenne sicio…

Que me pararon en seco como en un estrellón automovilístico y me tuvieron varios años leyendo a De Greiff día y noche, deshilvanándolo, desenredándolo, divirtiéndome, desplomándome…
No me prolongo más. El poema degreiffiano que me hizo recordar esta mañana Jorge Dávila con el suyo, es este:

Voy a incrustarme en el silencio
de donde no debí salir

Cuando háse de retornar
débese siempre no venir
y en su retiro se quedar:
voy a incrustarme en el silencio.

Es hora tiempo de callar:
lo que se tiene por decir
vale una arena de la mar
o un rebrilleo del zafir.

Voy a incrustarme en el silencio
de donde no debí salir
como no fuera por vagar

en torno al tema del se ir
dentro de sí, que ya es errar.

Voy a incrustarme en el silencio.

Tentadora provocación la del poeta de Bolombolo.

Julio 1, 2017



Nuevos hallazgos en las empresas de los trabajadores de EE.UU.

Pocos días después del Boletín del NCEO de mayo de 2017 (Centro Nacional de Trabajadores Propietarios), llegó el siguiente Boletín especial con una breve selección de datos muy significativos sobre las empresas de los trabajadores de EE.UU.
El breve informe transcrito aquí es bien ilustrativo por sí solo. De todos modos, no sobra precisar que este “modelo” denominado ESOP (Employee Stock Ownership Plan, Plan de propiedad accionaria de los trabajadores) estadounidense pero que se ha extendido a muchos países de Europa y Asia, no es necesariamente el más completo ni el más perfecto en cuanto sustituto posible del modelo tradicional capitalista, ni su origen buscaba llegar a ese nivel. Lo cual destaca todavía más la desinteresada objetividad de sus informes.
El estudio completo puede solicitarse a uno de los dos sitios web que ofrece el NCEO:
https://outlook.live.com/owa/?path=/mail/inbox/rp https://www.ownershipeconomy.org/

A continuación el resumen publicado (traducción de A.M.R.).

* * *

Boletín especial del NCEO

Mayo 22, 2017

Escribo para compartir los resultados, distribuidos para el público hoy, de lo que yo creo es uno de los más importantes estudios jamás realizados sobre la propiedad de los trabajadores.
En La propiedad de los trabajadores y el bienestar económico (reporte en la red; PDF con los resultados completos), la directora de investigación de NCEO, Nancy Wiefek, PhD, examina datos sobre trabajadores entre los 28 y los 34 años y encuentra que los trabajadores propietarios sencillamente están mucho mejor  económicamente que los equivalentes trabajadores no propietarios. Lo que hay de nuevo en estos hallazgos es la relación entre la propiedad de los trabajadores y las fortunas de otros trabajadores individualmente: por ejemplo, los trabajadores propietarios de este estudio tienen un patrimonio familiar neto 92% mayor que los no propietarios.
Otro aspecto revolucionario de este documento es que el conjunto de datos es suficientemente poderoso para permitir el análisis de grupos demográficos que ningún otro ha sido capaz de estudiar anteriormente con respecto a la propiedad empresarial. Las muestras sólidamente positivas de beneficio económico se extienden a grupos tales como aquellos sin estudios escolares, padres de niños pequeños, personas de color y madres solteras.
En un momento en que la política de impuestos es incierta y la gente anda buscando formas para crearse una oportunidad económica más amplia, yo invito a estudiar más estos resultados. Si usted quiere hacer uso de ellos, el NCEO tiene al final de este email enlaces con recursos listos-para-usar.

Mirada rápida a este estudio
Este nuevo estudio es la primera fase de un proyecto en marcha que utiliza datos recolectados acerca de trabajadores entre 28 y 34 años de edad en las National Longitudinal Surveys (Encuestas Nacionales Longitudinales). En éste se comparan trabajadores con beneficios de trabajadores propietarios con otros sin ellos, y encuentra que aquellos en el grupo de trabajadores propietarios tienen

- 92% un patrimonio familiar promedio más alto,
- 33% más altos ingresos por ingresos salariales, y
- 53% más tiempo de permanencia en el trabajo.

La fuente de datos subyacente en este informe es un panel de estudio respaldado por el U.S. Bureau of Labor Statistics. Los cerca de nueve mil participantes tenían de 28 a 34 años de edad en su más reciente entrevista. El gran tamaño y diseño de la fuente de datos permite examinar subgrupos demográficos de jóvenes trabajadores. Para los trabajadores con niños pequeños, por ejemplo, la ventaja de la propiedad de los trabajadores con patrimonio familiar significa un promedio de patrimonio familiar casi dos veces mayor que los que no tienen propiedad, cerca de un año completo de mayor estabilidad laboral, y US$10.000 más en salario anual.



Cumbayá, mayo 31 de 2017