La fe del fanático

«Al “fiel” ni le es permitido tener una conciencia respecto a “verdadero” o “falso”; ser honesto en este punto significaría su ruina inmediata. Su óptica patológicamente condicionada hace del convencido un fanático –Savonarola, Lutero, Rousseau, Robespierre, Saint-Simon–, el tipo contrario del espíritu fuerte, libertado. Mas la gran postura de estos espíritus enfermos, de estos epilépticos del concepto, sugestiona a las masas; los fanáticos son pintorescos, y los hombres prefieren ver posturas a escuchar argumentos…».


                                                     Friedrich Nietzche, El Anticristo

Mentiras preelectorales


Una de las prácticas más sucias de la derecha es la difusión de rumores falsos. Son capaces de divulgar las insidias más vergonzosas sin ningún escrúpulo, sabiendo que mienten pero aprovechándose de la credulidad de la gente o de su imposibilidad de responderles pues no es fácil demostrar inmediatamente que son infundios. Esta táctica verdaderamente inmoral produce un gran efecto especialmente en ciertos sectores de clase media de mentalidad vacilante y borreguil, para quienes es muy importante mostrarse de acuerdo con lo que alguien de algún prestigio (aunque sin ética) afirma en las reuniones sociales y a quien consideran “de clase alta”, pues aspiran a ser aceptadas en esos niveles. No importa que en su interior estén en desacuerdo.
En este momento de la campaña electoral el rumor difundido sin ningún respaldo en la realidad es: Barrera ya perdió las elecciones, Rodas ya ganó. No es verdad, no hay nada que lo demuestre, Rodas no tiene el respaldo de amplios sectores populares y de clase media honesta, fue claro perdedor en el debate en Radio Visión porque evidentemente repetía una cartilla aprendida. Las encuestas confirmaron la victoria del alcalde, pero los medios pusieron su parte cambiando más tarde las cifras. Si Rodas se hubiera presentado en la ronda de Gamavisión, ya no hubiera podido disimular su torpeza y por eso no asistió. Barrera puede haber sido afectado en alguna medida por estas falsedades que llevan a los más crédulos e influenciables a creer que van a perder su voto si votan por él. Contra estas bajezas es difícil luchar. Son falsedades pero repetidas mil veces, parecen convertirse en verdades. Viejas costumbres de quienes no tienen principios ni valores éticos de ninguna clase. Pero no hay duda alguna, Barrera será reelegido.

Si amas a Quito, vota Barrera

Soy pasajero de bus por convicción. Podría movilizarme en auto particular o en taxi, pero desde joven aprendí que viajar en bus es la mejor forma de saber en qué mundo vive uno. Ahora que resido en Cumbayá, tomo un taxi hasta la parada del bus verde que me lleva al terminal de la Río Coca, donde enlazo con la Ecovía y así llego fácilmente a mi destino. Esto me permite apreciar la falsedad de las engañosas promesas del candidato Mauricio Rodas (¿cuántas veces se habrá subido él a un bus?). En entrevista radial le escuché decir que el alcalde actual no ha hecho nada para mejorar la movilidad de los quiteños y que, en vez de prolongar las rutas de la Ecovía, como ofrece Barrera, él, Rodas, cambiará las unidades de este sistema por otras donde los pasajeros no viajen apretujados sino cómodos y seguros. ¡Qué manera de engañar a la gente! Los pasajeros de bus sabemos que no viajamos en el medio más cómodo. Prometer comodidad ahí es mentir. Si se quiere viajar cómodamente, hay que hacerlo en automóvil. Ningún transporte masivo en el mundo es modelo de comodidad (¿saben lo que el metro de París en las horas pico?), pero lo que más nos interesa a sus usuarios no es la comodidad, son otras cosas: buen servicio, rapidez, seguridad. Y me consta que en la Ecovía (imagino que sucede igual con el Metrobús y el Trolebús), se ha ganado mucho en esos aspectos. Hace tiempo no presencio el incidente que era más o menos frecuente antes de Barrera, del pasajero al que le roban su celular o su billetera. Curiosamente, mientras quienes viajamos en bus aceptamos incomodidades menores (no falta alguna vez el patán, pero esto sucede también en todo el mundo), quienes más se quejan son los automovilistas particulares. ¡Ay de que el auto que va adelante se detenga por un momento para recoger o para dejar a alguien! ¿Qué le pasa a este bruto? ¿No puede parar en otra parte? ¡Vieja estúpida, por qué se pasa a mi carril! ¿No ve que voy de afán? Y así vociferan y maldicen todo el tiempo: cada automovilista se considera único dueño de las vías, los demás son, indefectiblemente, brutos. En los buses, además, se aprenden otras cosas. Siempre que puedo hago mi encuesta particular preguntándole al taxista, al compañero de viaje en el bus, al que espera en la parada, al tendero. Así sé, por ejemplo, que también es falsa y manipuladora la visión de Rodas acerca de la supuesta congestión que, según él, vivimos los habitantes de los Valles. Por el contrario, en Cumbayá y en sus alrededores, todo el mundo responde afirmativa y orgullosamente cuando pregunto si ha mejorado el transporte con las obras realizadas por el actual alcalde, a raíz del traslado del aeropuerto (por sí misma una magna realización). Se ha descongestionado totalmente el transporte en este sector. Está el hoy insalvable obstáculo del puente sobre el Chiche. Que tampoco es tan grave como lo pintan y, además, todos aquí sabemos que está en proceso la monumental construcción de un super puente que será otro motivo de orgullo para los quiteños (considero al Gran Quito, el que se ha integrado ya hasta Tababela y Yaruquí. Una más del gran conjunto de obras que están en desarrollo (sin hablar de otras, como todo lo que significa limpiar el cielo quiteño de las marañas de cables) y también en riesgo de paralizarse si Rodas fuera elegido. Hay que impedirlo. El voto por el alcalde Barrera es un acto de amor a Quito.


Cumbayá, febrero 14 de 2014  

Importante Editorial de El Espectador

Editorial
Decisiones

Muy molesto vimos el martes de esta semana al presidente de la República, Juan Manuel Santos, por el escándalo de las presuntas interceptaciones a los negociadores de guerrilla y Gobierno que tratan de pactar la paz en La Habana que al parecer se planearon desde un remedo de restaurante en el barrio Galerías de Bogotá. ¿Quién hizo la operación? Miembros de inteligencia militar, todo indica.

Por: Elespectador.com 8 de febrero de 2014

Molesto, visiblemente afectado, salió nuestro primer mandatario a decir que rodarían cabezas y que investigaría a fondo para saber hasta dónde pudo llegar ese uso ilícito de la inteligencia y, sobre todo, quién lo hizo. Y cabezas rodaron de inmediato: fueron relevados el jefe de inteligencia del Ejército, Ricardo Zúñiga, y el director de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército Nacional, Óscar Zuluaga. Sólida decisión.
Veinticuatro horas después, sin embargo, el mismo presidente salió a decir que la fachada operaba de forma absolutamente legal. ¿Y entonces, presidente, a qué parte de sus palabras debemos darle buen crédito? ¿Ya no rodarán (más) cabezas? ¿No se investigará a fondo? ¿No se encontrará al responsable? ¿Y qué decir a los plenipotenciaros en La Habana, chuzados por miembros del propio establecimiento que allá representan? ¿No pondrá esto en riesgo el proceso? ¿Era una operación normal, como dijo el presidente, para enfrentar a enemigos del Estado? ¿Es Humberto de la Calle enemigo del Estado? Oh, confusión.
Asombra, ante hechos tan serios, esa actitud del Gobierno de andar dando brinquillos indecisos frente a la opinión pública, como un niño que recibe un regaño. Hoy, sí; mañana, no; pasado mañana, depende. Preocupa, también y sobremanera, que eluda aclarar si sabía o no de las operaciones, tanto las que considera legales como las que se presumen ilegales.
Cualquier escenario es grave y la sociedad merece saberlo. Porque, si sabía, tendrá que explicar, de entrada, la licitud de dichas interceptaciones: ¿quién las autorizó? ¿Cumplieron con los principios bajo los cuales, según la Ley de inteligencia y contrainteligencia que han citado, debe procederse? Y si no sabía, peor: ¿quién, entonces, si no el presidente de la República, está ordenando una acción de tal envergadura?
Las voces suspicaces apuntan a militares fieles al expresidente Álvaro Uribe. ¿Y por qué no? ¿No ha revelado él datos secretos de operaciones militares, con coordenadas incluidas, o con posicionamiento de comandos del Ejército que han cesado al fuego? ¿No fue un “soldado” de su partido el que dio al país, anticipadamente, la información del primer acuerdo firmado entre las Farc y el Gobierno?
Más claridad, por favor. Se nos anuncian investigaciones cuidadosas pero ya con las contradictorias reacciones en cuestión de horas se intuye hacia dónde van dirigidas. ¿Manzanas podridas? ¿Periodismo apresurado? ¿Historia conocida? Ya en su momento se anunciaron investigaciones similares sobre la filtración de las célebres coordenadas de los helicópteros y todavía estamos esperando claridades. Si el ministro Pinzón no ha asumido el costo político de este escándalo con la renuncia que varios sectores le han solicitado, confiamos en que sea porque está decidido a jugarse su prestigio con resultados precisos y definitivos sobre lo que ha venido sucediendo con el espionaje militar, sin pretender defender lo indefensable. Y el señor presidente, mucho más allá de esos giros intempestivos de los últimos días, debe tomar este toro por los cuernos si no quiere que lo termine atropellando, a él, a su gobierno, a la paz por la que dice estar jugado...


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