danzan en sus constelaciones las estrellas
arrulla en la montaña a la naciente noche el
manantial
cantan en pizzicato las ranas las cigarras y los
inquietos grillos
sube la aurora entre velos de nubes transparentes
su desnudez llena el mundo de músicas eróticas
en su nido el gorrión despierta a sus polluelos con
sus trinos
la niña sale a regar en el jardín sus margaritas y
geranios
el joven despereza sus brazos y adiestra su energía
la anciana llena sus fogones de sedosos aromas de
café
y el abuelo asciende a la loma a recoger las chispas
guardadas en la leña
marchan los labriegos a preñar las sementeras con sus
sueños erectos
los motores se unen al temprano concierto rodeados de
muchachas
la secretaria renueva el agua de la rosa que danza en
puntas en su escritorio
las máquinas estallan en un tutti de tromba de la
tronante orquesta laboriosa
los niños abren los pétalos de sus cartillas para
rastrear los tréboles
las niñas recogen sobre el hombro sus trenzas para
seducir a sus cuadernos
la jornada se desplaza como un astro rodante afinando
sus órbitas
y al caer el ocaso entre mantos de oro y orlas de
arco iris
las parejas se toman de las manos en los recodos de
noche del camino
para unir sus labios y sellar con miel y promesas sus
pactos de corolas y néctares
el soldado envaina sus bayonetas y afila el azadón
los ejércitos se rinden como fichas de dominó
doblegadas por sus duelos
en su lugar se alistan escuadrones de obreros armados
de entusiasmos unísonos
el poeta recorre cabizbajo los meandros de la
melancolía
la maestra prepara las tareas para los amaneceres que
se avecinan
los caminos abren calles de honor a sus alumnos para
que crucen el océano de la calle
mientras los estudiantes arañan ecuaciones de rimas y
de métricas
y al final de la tarde entrenan en la cancha sus
equipos de esperanzas
para jugar el domingo en el estadio el gran partido
de fútbol
que hará retumbar en las graderías de la vida
escuadrones de aplausos
la patria es una fiesta el mundo es un jardín
ahora todos se alejan hacia sus hogares izando en sus
rostros como trompetas
las
sonrisas triunfales de la paz.
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Cumbayá, julio 23 de 2013