Las revoluciones
son procesos históricos que toman su tiempo.
No son el programa de un período de gobierno. Ni un proyecto académico que
se estructura llenando un formato pre-establecido, menos aún una estrategia
empresarial con metas en cifras y fechas precisas, target groups, ofertas bien
estudiadas, canales de comunicación e indicadores para verificar los
resultados.
Las grandes
revoluciones de la historia, las que han logrado cambios profundos en las
sociedades humanas, siguen un recorrido que no va en línea recta. Por el
contrario, avanzan en zigzag por un empinado camino empedrado de conflictos en
los que se enfrentan conceptos y modos de ver la vida y el mundo muy diferentes.
Las revoluciones avanzan y retroceden y vuelven a la carga, se obtiene una
victoria aquí, se logran algunas transformaciones allá, seguidas por reacciones
restauradoras que dificultan el éxito final.
El comienzo de la
Revolución Francesa se ha fijado en 1789, el 14 de julio, cuando el pueblo
sublevado tomó La Bastilla. Pero, ¿cuándo terminó esta Revolución? En diciembre
de 1799 Napoleón proclamó: “La Revolución ha conseguido los principios que
presidieron sus comienzos. La Revolución ha terminado”. Cinco años después se
coronó Emperador y creó una nueva aristocracia y una dinastía. Sin embargo, su
Código Civil (Código Napoleónico) fue clave para afianzar los nuevos principios
liberales y los derechos humanos. Se intentó, no una sino varias veces, la
Restauración del absolutismo. Fue necesaria otra revolución en Francia en 1830 y
se impuso por fin en 1848 cuando a los burgueses se unieron revolucionarios
recién llegados: los obreros. Y nuevas ideas.
La Revolución
Americana –anterior– fue más “rápida”. En 1776 «las trece colonias» inglesas
declaran su independencia del Reino Unido, con palabras tan bellas como estas:
“Consideramos evidentes en sí mismas las siguientes verdades: todos los hombres
son iguales por naturaleza. Para garantizar estos derechos se han establecido
gobiernos entre los hombres; tales gobiernos obtienen la totalidad de su poder
del consentimiento de los gobernados. Cada vez que una forma de gobierno
compromete estos objetivos, el pueblo tiene derecho de cambiarla o proscribirla
y de instituir un nuevo régimen” (Jefferson). Se afianza en 1783, cuando
Inglaterra reconoce la independencia de Estados Unidos. Pero en sus
plantaciones siguieron trabajando esclavos hasta 1865 y en sus ciudades,
cayendo negros hasta… hoy.
¿Y la Revolución
socialista? Explotó en octubre de 1917 con la toma del Palacio de Invierno en
San Petersburgo y se hundió en 1991. Pero cambió muchas cosas y su lucha
continúa.
¿Cuánto dura la Revolución?
Las revoluciones
se dan a pesar de las restauraciones. Las ideas progresistas crecen en el
combate contra las proclamas reaccionarias, se abren camino y arraigan en el
pensamiento de los pueblos y triunfan cuando interpretan correctamente las
necesidades reales de la sociedad, y cuando los revolucionarios también tienen
claras sus metas.
Alfonso Monsalve Ramírez
alfonsomonsalve.personal@gmail.com
Publicado en El Telégrafo, lunes 25 de enero de 2016.
Publicado en El Telégrafo, lunes 25 de enero de 2016.