Me complace anunciar a
todos mis amigos la publicación de mi nuevo libro, Fidelíada.
Fidelíada es un poema épico, basado en la moderna
versión del mito de David y Goliat, esta vez como la epopeya escenificada en la
realidad de nuestro continente, entre la pequeña isla de Cuba, un país pobre y
subdesarrollado de once millones de habitantes, y el gigante imperio de Estados
Unidos, el más grande y poderoso de la historia, con la circunstancia adicional
de estar separados entre sí por sólo 90 millas de distancia, es decir, en las
narices del que José Martí llamó
el Monstruo.
Este es el tema de este pequeño
libro de ciento cincuenta páginas en formato de 15 x 21 cm, aproximadamente
libro de bolsillo.
Para tratarlo, he
adoptado como forma principal, acomodándola al lenguaje poético, la de non-fiction-novel creada por Truman
Capote con su novela A sangre fria, consistente
en narrar como novela hechos que no son ficción sino que han sucedido en la
realidad.
A partir de ahí, apelo,
con la mayor libertad y desorden, a las métricas de la poesía española, desde
las muy variables del mester de juglaría y del Romancero del Cid hasta la prosa
poética moderna, pasando por la lira italiana tan cara a Fray Luis de León, el
hexámetro latino (el primer verso “Canto al varón hermano” está calcado sobre
el de la Eneida, en latín “Arma virumque cano”) o el soneto, pero también está
la crónica periodística o el collage con citas y referencias textuales, lo
mismo que técnicas de la composición musical como la imitación de la estructura
de la sinfonía o el golpeteo rítmico del rap.
Pero por sobre todo,
tener como norma la de no seguir rigurosamente ninguna, sino dejar la mano
totalmente suelta en el momento de ponerme a escribir, a fin de no falsear ni
adornar el sentimiento puro.
Reproduzco a continuación,
en primer lugar, las palabras que José Luis Días Granados, uno de los poetas
colombianos más importantes de la actualidad, escribió como presentación para
la contratapa de mi libro.
En segundo lugar, el Contenido o índice del libro.
En tercer lugar, el
primer Canto de este poema.
Y finalmente, dónde y
cómo adquirirlo.
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Presentación
Por José Luis Días Granados
La parábola política y revolucionaria de
Fidel Castro no tiene par en la historia universal. Desde luego que su audaz
empresa libertaria posee antecedentes en quienes han liderado las más grandes
hazañas por la liberación y emancipación de sus pueblos –Espartaco, Tupac
Amaru, Bolívar, Martí, Lenin, Ho Chi-minh, el Che y Allende, entre otros–,
precisamente en ellos se ha basado el ímpetu, la voluntad y la certeza
ideológica del guerrillero cubano que no solo venció la sangrienta tiranía
batistiana en su país sino que lideró una revolución extraordinaria y venció
para siempre la arrogancia y el poderío inconmensurable del mayor imperio
militar y político que hayan visto los humanos en todos los milenios de su
historia.
Ese grande hombre, al frente de un pueblo
digno y heroico como es el cubano, se ha convertido en la encarnación de la gesta
más colosal de los siglos XX y XXI. Y nadie más indicado que el poeta, narrador
y humanista colombiano Alfonso Monsalve Ramírez, para escribir de manera
certera, puntual y fulgurante la epopeya de Fidel, la Revolución y el
Socialismo.
Fidelíada se inicia con tono
inequívocamente homérico cantando en lenguaje intemporal a este varón
hermano que fue igual y fue más grande e igual y diferente a tantos
jóvenes. Dividida en cuatro veladas que encierran diecisiete cantos
y una exhortación final a la paz, el poema recrea las luces y las sombras de
una larga época de nuestra historia en donde la más aberrante ignominia
imperial es resistida, combatida y finalmente vencida gracias a la sabia
conducción y la inagotable fuerza visionaria de este líder excepcional y lleno
de ferviente amor por su pueblo, este Fidel, siempre fiel, siempre Fidel.
El poeta recorre los momentos estelares de
su vida, el joven estudiante, el abogado rebelde, el asalto al Cuartel Moncada
el 26 de julio de 1953, la prisión, el exilio, el desembarco del Granma, la
lucha en la Sierra Maestra, el triunfo revolucionario del 1° de enero de 1959,
la humillante derrota propinada a los invasores en Playa Girón, la amistad con
la Unión Soviética y los países socialistas, los atentados de la CIA, Raúl,
Camilo, el Che, las heroínas, el internacionalismo, la liberación de Angola y
otros países del África, el período especial, la eternidad de la Revolución y
la inmortalidad de su líder y toda su trayectoria valerosa y ejemplar que hace
que el mundo se pregunte asombrado: ¿Qué tiene Fidel? ¿Qué tiene Fidel que
los imperialistas no pueden con él?
Alfonso Monsalve Ramírez ha
logrado con su Fidelíada realizar una admirable proeza literaria,
reveladora de un siglo trágico y florido a un mismo tiempo, en la que emerge
valeroso e invicto ese personaje sobrehumano y colosal que lleva escrito en la
conciencia de Nuestra América el nombre inmortal de Fidel Castro.
• • •
Contenido
PRIMERA VELADA
Canto
I. Igual a
todos y diferente de todos.
Canto
II. El
Monstruo está sediento.
Canto
III. El 26
de Julio.
Canto
IV. El
arrullo de la Sierra.
Canto V. Patria o muerte.
SEGUNDA VELADA
Canto
VI. Feliz
año feliz
Canto
VII. La
década gloriosa
Los
tozudos hechos (1). La Maestra
de la Vida
Canto
VIII. Proyecto
Asesinato
Canto IX.
La invasión humillada
Canto
X. Ajedrez
nuclear
Canto
XI. ¿Qué
tiene Fidel?
Canto
XII. ¡Hasta
siempre, Comandante Che Guevara!
TERCERA VELADA
Canto
XIII. Desfacer
entuertos
Canto
XIV. El
pueblo unido
Canto
XV. Cien
semillas
Canto XVI. La esperanza derrumbada
Los
tozudos hechos (2). De la
tragedia a la victoria
CUARTA VELADA
Canto
XVII. No
morirá Fidel
CANTO A LA PAZ
• • •
Fidelíada
(fragmento)
PRIMERA VELADA
Canto I. Igual a todos y
diferente de todos
Canto
al varón hermano
peregrino a mi lado en
el camino del tiempo
que marchó de mi mano
desde el vientre marino
conmigo con mis hijos y
mis padres
con todos mis hermanos
de la América
nació como nosotros
vivió como nosotros jugó como nosotros
fue igual y fue más
grande
creció cuando crecimos
se hizo un bello muchacho
le gustaban los libros y
las muchachas bellas
pegaba bien al bate y
era tímido en el baile
fue igual y fue más
grande
se hizo hombre como
nosotros
recorría los prados de
su universidad y le veíamos
a veces cabizbajo
meditando el sendero de sus pasos
concentrado en el viento
que mecía sus cabellos
hombre varón igual a
todos y distinto de todos
un día se levantó del
suelo y se paró frente a nosotros
frente a todos sus
hermanos
nos miró a los ojos y
nos miró hasta el fondo
de nuestros corazones y
nuestros pensamientos
escuchó los latidos de
nuestros sufrimientos
que eran sus mismos
sufrimientos y eran
sus mismos pensamientos
y su mismo corazón
levantó su brazo
masculino y levantó también
su brazo femenino y nos
llamó por nuestros nombres
nos dijo hermanos
caminemos
hermanas caminemos
hermanos vamos a cantar
y vamos a luchar
hermanos vamos hacia el
sol
hermanos echemos a andar
hacia nuestro destino
nos espera la vida
nos espera la muerte
marchemos a la vida y
marchemos a la muerte
y echemos a andar hacia
el sol
hacia la vida hacia
nuestros sueños hacia nuestros vientres
tomados de la mano
formemos una cadena de
voluntades
unamos nuestras palabras
en un solo poema
y echemos a andar por
los caminos de esta América.
que es nuestra patria
América.
Vino
del mar
del océano que se mecía
entre continentes
rizado por brisas
libertarias
dorado por espadas de
sol danzando sobre el agua
ondulante como el baile
de las caderas femeninas
el mar caribe
con sus olas eróticas
el océano atlántico
hambriento y masculino
con arco de gaviotas y
alcatraces
jinete en tiburones de
plata
escoltado por ballenas y
sardinas danzarinas
por doncellas de algas
con aretes de estrellas submarinas
azul como las manos de
las diosas
verde como los pasos de
los gigantes
arcoirisado como las
risas de las adolescentes
tempestuoso como las
pasiones de los gañanes
bravío como un toro
enamorado
majestuoso como los
héroes copulando
vino de ese mar
de ese océano vino
erigido en ciclón de
cabellos desatados
con su ojo ciclópeo
decidido
a darle un vuelco al
mundo.
Era
un joven igual a tantos jóvenes
y diferente de tantos
jóvenes
en la escuela leía y en
su casa leía
en la universidad leía y
en su soledad leía
y leyó tantos libros que
se le secó el seso
pero no se le secó el
seso sino que verdeció
y de sus ojos brotaban
hojas
de sus oídos crecían
ramajes
de su boca salían rosas
y orquídeas
pero también truenos y
relámpagos
se sentaba en medio de
los doctores
discutía con ellos
discutía a toda hora
revisaba la vida por
todos los costados
buscaba bajo la piel del
mundo
la posibilidad de otro
mundo más vasto
tenía seco el seso pero
no tenía seco el seso
desmontaba hueso a hueso
el esqueleto del universo
y luego intentaba
armarlo de nuevo
a veces le salía bien a
veces le salía chueco
y volvía a desatornillarlo
todo
caía en abismos de
soledad buda en su propio bosque
y regresaba más tarde
con las sienes ardientes
con la frente más ancha
con los ojos más abiertos
con las manos
enarboladas para cazar estrellas
con los pies
fortalecidos porque ya sabía
que adelante le esperaba
un camino sin nortes
el sendero de aristas
que conduce a la gloria.
Aquel
día se desató un tornado maligno
sobre el campo de rosas
de la patria americana.
Un engendro de miasmas y
de heces
hinchado de rencores
de pavores voraces
de apetitos malolientes
de perversiones
nauseabundas
se trepó a la columna de
la historia
usurpó sus banderas
pisoteó sus himnos
derrumbó las rondas que
cantaban los niños
encadenó el corcel de
sueños de la juventud
prohibió las coronas de
ilusiones de las doncellas
ensangrentó los arados
envenenó los hornos del pan
repobló las cárceles con
las voces huracanadas de los obreros
extendió a los confines
lejanos de las fronteras marinas la gangrena
que emanaba del fondo
del cáncer de sus odios
como brotan de los basureros
cañadas de bazofia
y la lápida férrea del
hedor de su aliento
silenció todos los
jardines
los templos
los rincones de la
ternura
erradicó los besos
y desterró las tardes
musicales
las guitarras
los sones
la alegría.
Los
huracanes devastadores tienen nombres
en nuestra isla se llamó
Fulgencio
en la otra se llamaba
Rafael
en tierra firme
Anastasio
pero todos eran de
apellido Esbirro
de apodo Asesino
y su verdadera identidad
lo recóndito de sus
sentimientos
lo que movía sus pasos y
engordaba su risa
se llamaba Imperialismo
también le decían CIA y
FBI
como consta en actas
no se pueden ocultar las
cloacas
es inútil disfrazar los
hedores de la podredumbre
la poesía no es para eso
no es para nombrar la
escoria con palabras doradas
la palabra se derrota a
sí misma cuando engaña
nuestra palabra es
martillo y es arado
es proclama y es poema
es aguja y lana en manos
de la madre
y es rocío y es caricia
cuando riega las flores
y es espuma de seda
cuando alivia las heridas
es fuerza de pasión en
la mujer que arrulla para cuidar la vida
y es puño y es espada y
es fusil en las manos del padre
y es paloma blanca
alerta en el tejado
que vuela y desciende
hasta la tierra
reconoce la carroña
la señala y la elude y
se remonta en cóndor
se eleva de los sucios
espacios del odio y la ambición
a la región más transparente de las auroras
para cantar la gesta del
hombre
la lucha eterna de sus
manos
el corazón del hombre
que trabaja
para hacer de su hijo un
guerrero de la vida
para cuidar el vientre
colmado de su amada
para coronar con
esperanzadas margaritas
cada uno de sus días.
El
Huracán invadió nuestras playas
azotó nuestras islas
desoló las aldeas
llegó hasta el
continente pisoteó hogares y patrias
derrocó esperanzas
demolió ilusiones
instaló carceleros
organizó verdugos
en todas las ciudades en
todas las esquinas
erigió canaletas
distribuyó acequias
y un diluvio de sangre
acuñada en monedas
corrió de nuestras
campiñas atravesó caminos
excavó máquinas y
talleres
y expandió el desangre
que arrastraba a sus arcas
las frutas que hacían
madurar nuestras manos campesinas
los lienzos las frazadas
que urdían nuestros telares
enhebró con grilletes
las voces de nuestros estudiantes
cargó yugos sobre las
espaldas de soñadores y poetas
erigió cementerios y
consagró mausoleos a la paz de los sepulcros.
El
Héroe no dormía. Noches eternas dedicó su desvelo
a encender una estrella
aquí una luciérnaga allá
los agujeros de luz
florecieron en aldeas y sembrados
invadieron calles y
esquinas en caminos y ciudades
en alcobas en aulas en
trastiendas en bodegas
hasta forjar con su
insistencia una aurora repentina
un río de jóvenes
soldados de la esperanza
formados en filas
ajedreceados en comandos
se embarcaron acorazados
de ideales en un velero de brisa
y emprendieron odiseos
delirantes su destino
hacia las playas donde
el Esbirro Trujillo
había instalado
bayonetas en cada palmera
había erizado odios a la
vera de todos los caminos
matones en cada puerta
asesinos en todas las plazas
ojos en cada colina
oídos en todos los escritorios
batallones de radares en
todas las costas
alianzas de secuaces en
todas las fronteras.
Los
jóvenes marineros imberbes argonautas
equipados tan sólo con
sus corazones de cristal
con sus pulmones
insuflados de amor
con sus morrales y
cananas pertrechados de proyectos
con sus cabelleras
ondeantes huérfanas de cascos
con sus gargantas
ejercitadas en sones y baladas
sus bíceps entrenados
tan sólo en el abrazo y la ternura
detectados a tiempo por
las ondas hediondas del Gran Cabrón
cayeron como peces
inermes en sus redes
perecieron borrados de
los titulares de los cagatintas
sólo el Héroe pudo
bracear a nado limpio
y alcanzar las riberas
de la historia
donde ya lo esperaba el
delirio del próximo asalto.
Fiel
Fidel
Fidel fiel a su estrella
Fiel Fidel al vientre de
su madre
Fidel fiel al paso firme
de su padre
Fiel a sus hermanos
Fidel
Fidel fiel a la
fidelidad
Fiel a la vida Fidel
Fidel fiel con la mano
en la bandera
con la palabra fiel
Fidel con su pueblo
Fidel fiel frente al
invasor Maloliente
fiel al labriego Fidel
junto al obrero
Fidel fiel a los pasos
de los niños
Fiel a las manos
tejedoras de las varonas
Fidel padre jardinero de
los anhelos
Fiel en el canto fiel en
el combate
Fidel insomne atento al
horizonte
Fiel sin miedo al puñal
embozado
Fidel de pie en reto al
desaliento
Fiel en todo momento
fiel ante la duda que carcome
Fidel maestro Fidel
timonel
Fiel comandante fiel
consejero
Fiel hermano fiel
compañero
Fidel fiel
Fidel
siempre fiel
siempre Fidel.
• • •
Cómo adquirilo
Fidelíada ya está en las
siguientes librerías ecuatorianas (listadas por orden alfabético): Abya Yala,
Española, Rayuela, Rocinante y Studium.
Su precio de venta es de
US$14. (En Colombia 40.000 pesos)
También pueden
solicitarlo al correo electrónico:
alfonsomonsalve.personal@gmail.com
Incluir los siguientes
datos:
Nombre del solicitante
Dirección para entrega
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electrónico (e-mail)
Número de móvil y/o
teléfono convencional.
Forma de pago:
Giro por US$14 (40 mil
pesos en Colombia) a mi nombre, a través de Wester Union, Money Gram o Xoom.
Copia del depósito.
Estos ejemplares llevarán
mi firma, con dedicatoria para el comprador.
Quito, septiembre de 2015.