En la muerte de mi hermano Fernando

A mi amplia y querida familia:

Regresé de Bogotá anoche martes 7 de octubre a mi hogar en Cumbayá, donde me esperaba el amor y la solidaridad de mi amada compañera y cónyuge Gloria, lleno de la más variada mezcla de emociones, impresiones, sensaciones y visiones de toda índole y de todos los colores.

Mi hemisferio cerebral emocional se niega a reconocer lo que insiste en afirmar mi hemisferio racional: que mi hermano Fernando ya no vive entre nosotros.

Que se nos fue definitivamente y nos dejó sin su extraordinaria fortaleza física y anímica, su contextura de veterano deportista por un lado, que le ayudó a mantener a raya por muchos días a la enfermedad que finalmente lo venció, y su estructura emocional tierna, afectuosa, festiva y solidaria que lo convirtió en el centro de toda nuestra familia, tanto de la familia cercana, sus hermanas y hermanos, su esposa, su noble y abnegada y valiente esposa Cecilita, y sus hijas y sus hijos, como de la familia ampliada, nueras, yernos, biznietos, primos, sobrinos y todos los demás relacionados por lazos de sangre, además de la gran cantidad de amigos que conquistó en su vida.

Esa negativa a aceptar la realidad ineludible de su muerte, se matizó con el más bello arco iris de emociones por el encuentro y reencuentro y reunificación que tuve la alegría de compartir con queridos familiares, tan bellos todos, tan juveniles y tan esforzados todos, tan generosos y solidarios y alegres y luchadores todos.

Vengo encandilado por la visión de ese jardín de vida en donde pasé estos pocos días, viéndolos y admirándolos a todos, a ese ramillete de chicas y chiquillas cada una a cual más linda y juguetona, a ese batallón de muchachos hermosos, luchadores, verdaderos guerreros de la vida y de los valores y afectos familiares.

A todos y a cada uno les quiero expresar mi inmensa gratitud por su cariño y su generosidad. Y decirles simplemente que, junto con el dolor por la ausencia de un hermano que permanecerá para siempre ligado a mis afectos y recuerdos más recónditos, me siento hoy feliz por tener a tan bella, tan maravillosa, tan radiante y tan vital familia.

Los abrazo y los beso a todos con todo mi amor.

Alfonso

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Coplilla a la muerte de mi hermano Fernando

…cuando más ardía el fuego
echaste agua.
Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su padre

Como un vigía en su barca
como un soldado en el frente
como un jugador travieso
presto
en su cancha
gobernabas a la brisa
tiñéndola de arrebol
fabricándole un buen gol
y te morías de risa
enamorado
de la vida
y del amor

Siempre erguido siempre fuerte
siempre dándole a la lucha
siempre lúcida la frente
siempre abierta la sonrisa
pedaleaste igual en plano
que en la cuesta
siempre pendiente del pan
siempre puntual a la mesa
siempre siempre
enamorado
de la vida
y del amor

Jugaste a ser el mejor
tantas partidas ganaste
y nunca jamás perdiste
el paso
de tu cumbia
hasta anteayer la bailabas
hasta anoche la cantabas
hasta ahora batallabas
prometiendo mantenerte
enamorado
de la vida
y del amor

No quiero verte dormido
No quiero verte tendido
No quiero verte vencido
para siempre
quiero enarbolar tu rosa
quiero izar tu carcajada
quiero siempre retenerte
para siempre proclamarte
a tu manera
enamorado
de la vida
y del amor

Bogotá – Cumbayá
Octubre 9 de 2014